miércoles, 19 de mayo de 2010

Infinito

Sigo viviendo. De una forma extraña. Como si estuviera en medio de una competición cuyas reglas no sé. Ni siquiera sé quién las impone. Ya no busco descubrir al otro en mí. Aunque es probable que siempre haya sido lo contrario: descubrirme yo en el otro. ¿No es siempre así? Tratamos incansablemente de reconocernos en otros ojos. Ya no. Yo no. Ahora no.
Anoche pensaba en Infinito. La palabra. Lo que me hace sentir y lo que imagino. La primera definición que da la Rae me hace caer en él:
1. adj. Que no tiene ni puede tener fin ni término.
Cuando era una niña, por la noche, cerraba los ojos e intentaba averiguar que había en mi interior. Como era yo. Era como estar al borde de un precipicio de oscuridad. Sentía vértigo. Sabía, sentía que la negrura era infinita. Cualquier cosa, cualquier sentimiento cabían en ella. No era capaz de situarme en ese espacio interior, esa constelación, universo sin puntos de luz. No había arriba ni abajo. Solo una caída libre sin nada a lo que poder sujetarte. Y cree las palabras y los sueños en vela. Para poder atarme a algo. Para sentir la finitud.

3 comentarios:

  1. Las palabras también son infinitas.... o tal vez, inconsistentes, cuando el abismo se abre y nos caemos en ese Infinito que somos. Pero el fin llega alguna vez. Quizás con el silencio. O en medio de un grito. En todos los casos, el límite siempre lo ponemos nosotros. Un abrazo sin límites.

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  2. Nos cruzamos con un beso. Hoy estoy, como diría? como autista. Dejando resbalar la lluvía.
    ¿Qué tal esa garganta y ese oído? Abrazos infinitos.

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  3. Suele ser bueno que resbale, por mi parte, hoy dejé que todo me resbale y traté de cuidar esa garganta y esos oídos... pero igual siguen provocando un dolor que parece infinito... pero como todo.... seguro que también pasará.

    Abrazo de esos... nuestros

    Adriana (con fiaca para abrir la cuenta de google, dejando mensaje desde "anónimo" :) )

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