domingo, 3 de marzo de 2013

Cambio

Unas veces das palos a ciegas y otras veces te los dan a ti. Entiendes, con esa parte más racional que te habita que posiblemente es inevitable, que no tienes la culpa, que seguramente tenía que ser así. Si aislas el corazón y el estómago puedes incluso comprender al otro. Imaginar más o menos sus motivos y saber que las cosas cambian, siempre cambian.

En los últimos años mi resistencia al cambio se ha debilitado mucho. Lo que es bueno. Siempre lo es la capacidad de adaptación. Amoldarse a las situaciones y sobrevivir.

Pero mi corazón, mi estómago y hasta mi mandíbula piensa diferente, siente diferente. Y duelen y cada latido es un miedo diferente y cada dolor en el estómago habla de otra cosa y los músculos de mi mandíbula deciden apretarse y yo pues solo puedo fingir que nada de ello es real. Tomarme alguna pastilla y seguir adelante. Una hora y otra y otra.

Siento que no he tenido tiempo, que se ha escurrido entre mis dedos, Que me han faltado minutos para entenderlo. Conversaciones para masticarlo y digerirlo. Palabras y palabras para convencerme.

También en estos últimos tiempos me he acostumbrado, he luchado por controlar y decidir. Por asumir los contornos de mi vida. Pero la vida es graciosísima y le encanta demostrar que es imposible controlarla.

Y aunque no quieres y tu parte racional te lo prohibe, comienzan las preguntas: ¿Hice lo que debía? ¿Si lo hubiera hecho de otra manera no hubiera pasado? ¿He pensado demasiado en mí? ¿Me he puesto por delante de otras cosas que pudieran ser mucho más importantes?

Yo que hasta hace nada pensaba que ya no me pondría nunca dramática. Creía que podría tener un centro de paz, pasara lo que pasara. Pues no.

Probablemente hay otra lección que debo aprender. Debo averiguar que cambios debo hacer, cuales puedo hacer, y cuales no quiero hacer.

 

5 comentarios:

  1. ¿Recuerdas el "Be water, my friend"? En realidad no es ni original de Bruce Lee, ni tampoco plagiado; se trata del resumen de unos "versos" del Tao Te King. Filosofía taoista, que básicamente trata del equilibrio entre el ying y el yang -que son complementarios, nunca opuestos-. Para no hacerme pesadito me explicaré de dos maneras:
    1- El agua estacanda se pudre, el agua que circula alberga vida en su interior.
    2- La vida no es ni más ni menos que una parte del ciclo del agua, cuando discurre de las cumbres al mar, y en ese camino se encuentra con obstáculos que sortea o salta a la brava, pero no detiene su camino.
    Te toca a ti tomar la decisión de si perder el tiempo en un círculo sin fin de pensamientos destructivos o reflexionar el tiempo justo y seguir avanzando.

    "Be Water my litlle May..."

    ResponderEliminar
  2. (Ahora que no nos lee nadie, te confieso que también yo en ocasiones me he dejado arrastrar por lo fácil... la autocompasión o la autoflagelación; pero... sólo son etapas y remitiéndome al cuento persa (?) "Todo pasa" , o mejor aún... remitámosnos a la canción de Serrat para hacerlo canturreando -ya sé que es un poema musicalizado... so lista)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Digamos que cuando escribí este post y al anterior, más que ser agua, el agua me cubría. Y ahora, pues no sé. Es difícil. A momentos aún me sumerjo, a momentos me llega al cuello, a momentos no puedo respirar.
      No me gusta autocompadecerme. Y esta tendencia mía a culparme de todo me las ha hecho pasar tan putas, con perdón, que intento no recaer en los viejos hábitos.

      Todo pasa y todo queda.

      Gracias por tus palabras. Un beso

      Eliminar
  3. Te leo, pienso, reflexiono y miro por la ventana. Una metafórica además de la que saca del piso y de la del portatil. Te veo, te imagino, mejor dicho, y como amigo me gustaría transmitirte algo de paz (no es que me sobre desaforadamente), algo de agua (guiño a Simplicisimus). Te animo a que pongas en negro sobre blanco lo que te inquieta más allá de este blog, lo guardes y te des el capricho que llevas tiempo aguardando: la felicidad nos aguarda a la vuelta de la esquina a condición de no ir a su encuentro.
    Be May, sé tú, por encima de las dudas. Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Casi que empiezo dándote las gracias por estar ahí. Mucho más allá de las palabras o del blanco y el negro. Por hacerme ver las cosas de otra manera, por escucharme y sacarme la sonrisa hasta cuando peor estoy. Por darme consejos, buenos consejos, aunque algunos los siga y otros no.
      Soy afortunada por contar con tu equilibrio.
      Nos vemos. Un beso.

      Eliminar