jueves, 24 de noviembre de 2011

Reflexiones tras un vaquerito de jueves.

Buscar no es encontrar. Todos aprendemos o quizá deberíamos aprenderlo en algún momento de nuestra vida. Situaciones, personas, vivencias se nos ofrecen cuando las necesitamos o estamos preparadas para ello. No siempre se puede reconocer mientras sucede. Pero quizá, tal como ha salido en una conversación de amigos esta misma noche, haya que estar alerta. Como cuando conduces. Entras en tu vehículo, cierras la puerta, te pones el cinturón, introduces la llave, enciendes las luces, arrancas, tomas el volante y... tu actitud, tu mirada, tu concentración, tu postura cambia. Busca señales, indicaciones, posibles peligros. Estás alerta a lo que pueda suceder. Algunas personas son incapaces de mantener y sentirse cómodas en esa actitud. Se sacan el carné, conducen una vez o dos y se convencen de que no pueden seguir conduciendo su vehículo. Quizá haya habido un accidente grave, pero es muy posible que no, que tan solo hayan sentido el miedo a que se produzca. Abandonan y vuelven a la supuesta seguridad de su mundo conocido, resguardado, limitado.
Otras personas confunden esa necesidad de estar preparado, atento con la agresividad y así intentan imponerse a cualquier circunstancia que pueda llegarles de fuera, intentando, deseando poder más que el otro. Es, para mí, otro tipo de miedo: herir antes de que me hieran.

Otros conducen con tanta educación, tanta timidez, que siempre conducen por la derecha, nunca se cruzan un semáforo en ámbar, ceden el paso, obedecen ciegamente los límites, ponen los intermitentes y acaban... perdiéndose, amodorrándose en su mundo reglado, imperturbable sin ver siquiera los caminos sin señalizar, el niño que corre fuera del ceda el paso, sin percibir ese glorioso minuto o segundo en el que los límites se rompen, se saltan, se devoran.

No sé cual es el término medio ni la forma correcta de conducir por la vida. Nuestras vidas. Mi vida. Solo que es posible que debamos estar alerta, ampliar nuestro mundo, observar las señales, coger el volante con las dos manos, con la firmeza justa para que no se nos escape, con la holgura suficiente para poder girar, cambiar el sentido cuando sea necesario. No negarse ese segundo de locura devorador de límites, a explorar nuevos caminos sin señalizar por miedo a que se corte en algún punto antes de llegar a su destino.

Importante: no negarse a recoger a compañeros de viaje. A los amigos de siempre, a los que encuentras de forma ocasional o los que llegan para quedarse.

3 comentarios:

  1. Lo escrito referido al conducir me parece de lo más acertado, hay que ser un tanto "paranoico" para disfrutar de la conducción... "el miedo o te arrincona o te hace seguir adelante con ganas mas con una cierta prudencia"; la vida, la conducción, tienen un componente a reflexionar... ,aconsejo "El Arte de la Guerra" de Tsun Tzu, aplicado a casi cualquier área puede darnos una guía para VIVIR más satisfactoriamente, teniendo en cuenta que no se trata de ENEMIGO, sino de oponente o complementario. ¿Sabríamos que es una sombra si no hubiese luz, ni objeto que la proyectase?

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  2. No conozco ese libro, estoy segura de que es interesante.
    Yo disfruto, a veces, de la conducción. Otras me pone tensa y otras de los nervios. Algunas veces he sido imprudente y otras no lo he hecho demasiado bien. No me he perdido el segundo de locura y he vivido con las consecuencias.

    El miedo paraliza mucho. Arrancar de ahí y seguir adelante exige un valor enorme para dar un pequeño paso, el primero. Después de unos cuantos "primeros pasos" ya exige más voluntad qeu valor.
    Incluso a veces se piensa que el vehículo en el que vas no es tuyo. A mí me pasó. Así que también una toma de conciencia. Solo tienes una vida e indudablemente no es de nadie más.

    Encantada de leerte y cruzar pensamientos.

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  3. Has usado un buen simil donde comparas la conducción, con la vida misma. Yo particularmente prefiero el lugar más seguro, el que esté menos cerca del vértigo, más alejado del peligro, a pesar de que sé que esto también me aleja de "la chispa"
    Referente al coche, si no lo necesito por trabajo, es dificil que lo coja.
    Un abrazo

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