domingo, 18 de diciembre de 2011

Abrázame

Acaríciame así. Lento, despacito. No hagas caso de mis caderas que se levantan buscándote. Desliza tus dedos por mi cara, mis cejas, los párpados. Déjame sentir la punta de tu lengua húmeda en la comisura de mis labios, respira en mi oído. Bésame el cuello en pequeños, delicados contactos como suspiros. Ignora mis jadeos, sonríe sobre mis pechos. Tómalos entre tus manos, rodéalos, provócalos. Humedece mis pezones, tiéntalos, sedúcelos. Muérdelos. Ignora mis muslos abriéndose, sujeta las manos que te buscan y piérdete en mi cintura. Sé paciente y, déjame morir de impaciencia. No prestes atención al olor húmedo, salado, a mar que va llenando nuestra cama, el espacio entre tú y yo. Sujeta mis caderas, desciende hasta el límite, bordea mi sexo. Desespérame. Y allí, de nuevo, sonríe. Contra mi piel tierna y caliente. Alzada, ansiosa, estremecida.


Voltéame a la fuerza, cúbreme con tu cuerpo, muérdeme la nuca. Presiona tu sexo contra mí. Arrúllame, jadéame, chúpame. Abrázame. Abrázame, introduce tus manos entre mi piel y la sábana arrugada y mojada por mi sudor, por mi deseo. Aprieta con fuerza mis pechos, baja hasta mi vientre, ábrela entre mis muslos. Acaríciame. Más. Más. Aprieta mis caderas. Levántalas, amóldalas a ti. Déjame sentirte excitado, caliente, duro. Poséeme. Ahora, ahora. Siente mi sexo empapado aferrándose a ti. Mi cuerpo tenso, arqueándose, pidiendo, exigiendo. Muévete. Más. Más fuerte, más duro. Quémame, rómpeme. Rómpete. Una vez, otra y otra más. Deshazte, lícuame, disuélvete… Abrázame

7 comentarios:

  1. Gracias por compartir momentos íntimos femeninos que muchas veces a los hombres se nos quedan ignotos, porque buscamos nuestro propio placer antes que el placer de la mujer. Cuando a una mujer le haces humedecerse de la forma que relatas tan gráficamente, tiene esa entrega absoluta que tu describes, aunque muchas veces los hombres buscan, por decirlo metafóricamente, "hacer vomitar al cíclope" antes que la satisfacción de la pareja.
    Besos y abrazos.

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  2. Estaba a punto de hacer un comentario, mas al ir a hacerlo leí uno anterior.No voy a entrar en los topicazos, simplemente... Sigue deseando con la esperanza de que en el estremecimiento y el contacto de tu piel -del relato- sea capaz de leer lo que sientes.
    Un saludo.

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  3. Yo creo que ambos, hombre y mujer, pueden desear de forma urgente, rápida y pasional y otras demorar el placer, alargarlo.
    Un beso, JC.

    Gracias Simpli, por leerme de nuevo. Cuando se estremece la piel siempre se entrega algo.

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  4. Vaya vaya, no sé qué decir. Salvo que ayer estaba ávido de esas caricias y roces que narras en tu texto. Me has evocado lo que ocurrió y te agradezco que me traslades en esta mañana de lunes a las cálidas sábanas del domingo de pasión.
    Un abrazo casto de esos que te hacen reír.
    Ginés

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  5. Hola May un precioso abrazo nace en tu poesía,
    que estos días tan entrañables
    pases unas felices navidades,
    ¡feliz Navidad!.
    un abrazo.

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  6. No estoy muy segura de que se le pueda llamar poesía, pero gracias por pasar por aquí. Feliz Navidad para ti también.

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  7. Qué delicada sensualidad, no exenta de intensa y torrencial excitación. Dan ganas de ser abrazo y dejarse mecer en él.

    Un beso.

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