lunes, 16 de julio de 2012

Ícaros

Habían luchado todo lo posible por retrasar el momento de dejar su hogar; vendiendo todas y cada una de sus posesiones: el coche que ya tenía cinco años les dio para aguantar unos días, aunque ni siquiera pudieron hacer frente a un mes completo de la hipoteca. Los anillos de matrimonio, las pulseras y cadenas de comunión de los niños, la pequeña cruz que colgaba del pecho de el padre desde su nacimiento, los pendientes de la madre fueron pagando la luz, el agua, el gas un par de meses. Los videojuegos, la cónsola, el portátil y el ordenador de sobremesa pusieron comida en la mesa cuando ya habían dejado de poner sus esperanzas en pagar deudas. Llegado el momento, entre gritos, lloros y pancartas de los vecinos reclamando piedad y tiempo, salieron de casa con fardos de ropa, como antiguos saltimbanquis sin sentido del equilibrio arrojados al camino. Sin fuerzas, separados: los niños con una tía, los padres con los abuelos. Sin trabajo, sin fe.

Perdidos en el engranaje de una maquinaria sin alma. Entre los dientes del monstruo. Atrapados en la nada. Juzgados y condenados por el terrible delito de confiar, de creer: en sus políticos, en sus banqueros, en el vecino y en el amigo. En la prensa, en la publicidad, en las televisiones.

Culpables de creer que con su trabajo de esclavo podrían dejar de ser hormigas, dejar de vivir en el hormiguero subterráneo de la vida.

Les dijeron: Tenéis alas. Volad.

Como Ícaros modernos se lanzaron al vuelo, subiendo cada vez más altos, fascinados por el calor del sol. Confiaron en las plumas que les habían vendido con intereses imposibles, hasta que la puta cera se deshizo contra las llamas de los bancos, el desempleo, de la mala administración, las estafas, los fraudes, la incompetencia...

La cera derretida les quemará la espalda durante el resto de su vida.  

7 comentarios:

  1. En primer lugar, felicitarte por este relato pues me parece extraordinario, potente y de los mejores de este año (si me lo permites). No me prodigo en suavidades y remilgos: creo que has bordado el tema y la palabra.

    Doble enhorabuena ya que veo que además del relato de este lunes tus seguidores podemos leer en pantalla tus entradas anteriores; buena idea.
    Un saludo emocionado.

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  2. Gracias, Gin. Me temo que en parte el comentario se debe al cariño de amigo. Y otra parte al intenso, inmenso cabreo que me producen ciertas cosas, no puedo evitarlo y quizá guarde más en la recámara. Me jode el que se jodan de ciertas personas que seguro no han estado un día en el paro, que se les llena la boca de las faltas, de los pequeños fraudes, de la picaresca, sí, del superviviente y si miran a su alrededor y ven lo que ven en otros niveles callan como putas. Me fastidia (que ya he dicho muchos tacos)que para enterarse bien de las cosas haya que recurrir al BOE, porque tienen más miedo que vergüenza, que se exija de un lado y se dé de otro. Y no sigo, que ya es hora casi de dormir y tendré pesadillas.

    Un beso

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  3. Totalmente de acuerdo. Los pobres, nos creimos ricos. Los que ya lo eran lo siguen siendo, tan simple como eso.

    Cuándo pensamos realmente que cambiarían las cosas, que estarían al alcance de todos? Qué ilusos.

    Ahora lo estamos pagando. Aunque sin dinero.

    besos.

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    1. Tragamos y nos hacen comulgar con ruedas de molino, antes y ahora. Manipulan, mienten y culpan al débil a la vez que les exigen pagar los errores de todos. Del poderoso y del aprovechado.

      Besos, Tam. No te desanimes y sigue en la lucha. Atenta a cualquier pequeña ventana que se te abra. Confía.

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  4. Quizás la rabia ha dejado que tiraras u olvidaras esa barrera que te impide mostrar la esencia que llevas dentro... demasiados miedos a las valoraciones ajenas te encorsetan, pero no, Hoy no, hoy has sido esencia, se nota en cada frase.

    C... Ojalá tomaras esta opción siempre, disfrutarías mucho más escribiendo y nosotros leyéndote -sin quitar su valor "técnico" a tus anteriores escritos.

    Felicidades y un gran abrazo, amiga.

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  5. Nadie puede permanecer indiferente a lo que está pasando y menos que a nadie a los contadores. Sea cual sea la opinión personal de cada cual, llega un momento en el que hay que posicionarse, aunque sea desde la rabia.
    Ya te dije que me ha sorprendido la reacción al texto, que surgió de la amalgama de noticias, de impresiones, de opiniones que recojo queriendo y sin querer.
    Hoy estaba pensando que el miedo nos impide imaginar. Y un pueblo sin imaginación, es un pueblo sin esperanzas. Imaginar soluciones, ver caminos, y nuevas formas de lucha. Ha sido una ocurrencia repentina, he de pensarla más.
    Besos, amigo.

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  6. joer veo que hay mucho nivel en los comentarios, pero si que me ha gustado el relato por que al final sutilmente uno se da cuenta de lo que realmente tiene importancia y que muchas veces damos valor a lo que realmente no lo tiene, y sobre todo que vivimos en una sociedad capitalista y como todas uno solo se mueve cuando le afecta personalmente y te das cuetna que realmente no hay justicia si no unos intereses muy bien creados por politicos, banqueros etc, muy lograda la critica que lo sepas

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