martes, 27 de noviembre de 2012

La vida

Tengo pendientes dos reseñas. Me he dormido para variar esta mañana y no he madrugado como debería. Así que esto es como diría un pedante: a vuela pluma.
La vida se complica y me cansa, aunque quizá deba empezar a distribuir mi tiempo de otra forma. No voy a quejarme ni ver oscuridades que solo están en mi mente. Nada ha cambiado, de hecho nada ha cambiado para mal, si algo lo ha hecho ha sido para bien. Creo que eso es lo que me recuerda mis subconsciente a diario. Cuando despierto siempre o casi siempre lo hago con una sensación de paz y tranquilidad (que luego ya me encargo yo de destruir algunos días). Me echo de menos a mí misma cuando era disciplinada. Echo de menos escribir lo que me pasa. Así que esto es hoy, un desahogo. Muy rápido, son las siete de la mañana y en nada tengo que salir corriendo.

Este fin de semana ha sido divertido. Empezando por el sábado por la tarde. ¿Habéis hecho una visita turística en vuestra propia ciudad? Bueno, pues eso hice yo el sábado. Ana, yo y otras cuantas personas más. La empresa que lo organiza por si a alguien que llegue aquí, que viva aquí o tenga previsto viajar a Valencia, se llama Valencia history tour. Y se trata de que un personaje te muestre con una pequeña representación la historia de los edificios, de las calles, plazas, sucesos históricos y personajes de tiempos pasados. Nosotros hicimos la ruta renacentista, aunque más bien parecía la obra y milagros de San Vicente Ferrer. El personaje que nos guió era el fantasma de un ahorcado, al parecer injustamente, en el siglo XVII, un tal Jerónimo Valeriola.
La verdad es que me encantó, aunque en algún punto del recorrido, entre las caras de la gente que nos miraba, la pegatina amarilla que portábamos, la representación del actor, los hechos que nos contaba llegó a parecerme tan surrealista que llegó a mi límite de absurdo y me sirvió también como terapia de la risa.

Es la primera vez que hago este tipo de rutas, pero la repetiré, tienen dos rutas más. Conocer tu ciudad y su historia y además partirse de la risa por seis económicos euros durante dos horas... con los tiempos que corren no se puede pedir más.
Juro que no me pagan nada, de hecho ni siquiera sabrán que escribo sobre ellos. Después café en la plaza de la virgen ya solo con Ana y Charo (quizá hable de ella, de Charo en otro momento, aprovechando que desconoce la existencia de este blog) y una vuelta extremadamente larga para coger el bus. Agradecí hasta el frío que me hizo valorar el café calentito y la vuelta a casa a arroparme con la manta en el sofá.

Después el domingo pasado con amigos. De estas cosas que surgen sin planear. Un café alargado a comida,  risas, conversaciones serias, absurdas, dicotómicas, saltando de un tema a otro como suelen serlo entre los mejores amigos. Pero eso ya es otra historia y yo tengo que salir a escape.

3 comentarios:

  1. La vida es eso y un poco más, aunque un sábado de excursión y un domingo con amigos son ese tipo de cosas por las que vale la pena los madrugones de entresemana y batallas domésticas varias. Hasta Gerónimo disfruta en sus 'ratos muertos' con otros fantasmas amiguetes.
    Domingos, amigos y vida...pura vida.
    Salu2.

    ResponderEliminar
  2. Precisamente las cosas escritas con espontaneidad y sin buscar los tecnicismos, aunque estos puedan salir por inercia, son las más claras, concisas y expresivas...

    Decía Peter Pan al final del cuento... "Ahora empieza la mayor de las aventuras, crecer". Y crecer es algo no planificado, sin organigrama, sin embargo nos empeñamos en hacer horarios por necesidad cuando lo espontaneo es lo que nos gratifica.

    (Ya sé que es muy discutible lo de la organización, da para unas cuantas horas de conversación, pero... así soy yo)

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Fin de semana divertido.. planes inesperados.. cambios postivos..

    ¿Entonces por qué ese desasosiego? No lo entiendo.

    besos, y gracias por los consejos.

    ResponderEliminar