Estamos
inmersos en un túnel negro. Una sociedad triste, asustada, que siente que su
tiempo se acaba. Desgastados a más no poder por este largo invierno frío y
tenebroso en el que se han perdido las esperanzas de ver de nuevo surgir el
sol, de sentir el calor de la confianza, del bien estar, del orden en la piel.
Nos levantamos
cada día esperando una nueva desgracia. Una tragedia que no sabemos bien ni
como llegará, pero presentida a la vuelta de la esquina. Cada noticia que nos
llega: desahucios, suicidios, la horrible muerte de unas niñas ya para siempre
nuestras, cae sobre nosotros como sal en la carne viva. Porqué así nos
sentimos, con la carne despellejada, tumefacta, sangrante. Cada día.
Mientras otros
echan sus cuentas, que no son las nuestras para llegar a fin de mes y tratan de
conformarnos con gestos tardíos y pobres que no consolaran a la familia del
suicida que ha de afrontar su desgracia en la calle o en esa casa ajena, casi
siempre de la familia, que es la que está sosteniendo este entramado de
barbaridades junto a bancos de alimentos o cáritas que no dan a abasto para paliar
tanta miseria.
Me impresiona
ver en la tele imágenes de ancianos en las protestas. Casi siempre acaban
llorando cuando les preguntan. No por su futuro, por el de sus hijos y sus
nietos. Me impresiona y me asusta. Ellos lo han visto todo, han pasado por
todo, han luchado y sobrevivido, han trabajado hasta deslomarse y han sacado a
sus familias y a su país adelante. Y ellos lloran
por nosotros. Por encima de cualquier idea, del color que tenga esa idea, temen
por nosotros.
Si me dejara
llevar por mi imaginación creería en complots, en poderosas fortalezas bajo el
mar donde tenebrosos personajes se frotan las manos ante enormes mapamundis en
pantallas extraplanas van marcando sus triunfos con un via crucis de lucecitas
parpadeantes.
Si me dejara
llevar por mi imaginación de escritora crearía un mundo de serviles seres
atemorizados, con la espalda humillada, la piel gris, sin levantar nunca los
ojos a los cielos, venerando la mano que le da de comer. Por fin, convencidos y
sumisos, de que lo mejor para el amo es lo mejor para él. Detectando y
denunciando a aquellos que miren al sol, por intentar vivir por encima de sus
posibilidades, culpando a los enfermos de su enfermedad, condenándolos a morir
sin asistencia, premiando la mediocridad, el “ser igual” a los demás en las
escuelas, castigando las diferencias.
Pero ato mi
imaginación en corto y elijo creer en el ser humano. Pensar que es un ciclo más
en el transcurso de nuestra historia, que aprenderemos que no todo vale, que
hay que poner freno a esta guerra impúdica, salvaje y feroz donde todo se mide
por lo que cuesta, por lo que se gana o se deja de ganar. Yo elijo la esperanza
¿Y tú?
Gracias, así sin más. Ya sabes por qué. Hay esperanza, está aquí.
ResponderEliminarUn saludo.
Gracias a ti. En cierta forma somos afortunados. No será un valor económico que tanto importa hoy en día, pero tenemos algo que reconforta mucho más. Amistad de la de verdad.
EliminarUn beso.
Pensamientos comunes a casi todos hoy en día, y como casi todos elijo la esperanza por creer en el ser humano. Al igual que tú imaginé en otros tiempos mi propia versión de cómo debería ser el mundo, pero una y otra vez se venían abajo las teorías... ¿Por qué? Porque mientras existan unos que quieran vivir mejor a costa de otros... y no hablo de los ricos respecto a los pobres -por simplificar, que como siempre he dicho "Buenos y malos hay de todos los colores, razas, religiones, estaturas... ".
ResponderEliminarUn abrazo, aunque en esta ocasión siéntelo más de ánimo.
¿Crees que casi todos elijen la esperanza? No estoy muy segura. Detecto mucho miedo y mucha inseguridad.
ResponderEliminarEs cierto que no hay teorías que valgan, el ser humano las descuadra siempre, para bien o para mal.
Un beso
Miedo e inseguridad, simplemente partes del lado oscuro, sin embargo... qué es la esperanza si no una luz en el horizonte de tanta negrura. Si estoy seguro, de otra forma ¿podríamos ver gente manifestándose independientemente de sus ideas políticas codo con codo?.
ResponderEliminarLa sonrisa aparte de mover tropocientos mil músculos, también da calor y reconforta a uno mismo... y a los demás.
Un beso.
(Viva el Gato Casanova, jejejejej)
La primera vez que obtuve acceso a un TCCR (Telcom control and relay) de nivel 1 me quedé fascinado fue en 2003 en Londres.
ResponderEliminarEuropa entera, sus comunicaciones,...sus cámaras de seguridad, de tráfico..todo estaba disponible...touch it and get it...era la filosofía..En aras de la seguridad.
Unido a una base de datos global y al GPS en su versión militar te hace sentir una especie de deidad..rutas de trenes, matriculas en peajes,listas de pasajeros en aeropuertos..fichas personales..TODO!
Podrías iniciar un viaje de huída desenfrenado desde Madrid a Helsinki y yo lo sabría, podrías cambiar tu rutina diaria y también lo sabría , tu vida está controlada desde que te despiertas hasta que te acuestas..tarjetas de crédito, gsm, internet...no es una peli de Jason Bourne
Eso ya es realidad,el capitalismo planificado nos envuelve, las noticias están planeadas, la radio y la tele te contarán lo que quieres oir.
No hace mucho conocí a una investigadora valiente, una chica llamada Naomi Klein, ha publicado un libro definitivo se llama "The Shock Doctrine. the rise of disaster capitalism". (Hay un video en youtube subitulado si no sabes inglés y una edición en spanish)...no es una cuestión de esperanza..es una cuestión de estupidez..el grado lo eliges tú.
Yo en la distancia te sigo queriendo..