viernes, 21 de junio de 2013

Llega el verano



Según cálculos del Observatorio Astronómico Nacional (Instituto Geográfico Nacional - Ministerio de Fomento), el verano de 2013 comenzará el viernes 21 de junio a la 07h 04m hora oficial peninsular, una hora menos en Canarias. Esta estación, que es la más larga del año desde hace algunos siglos, durará 93 días y 15 horas, y terminará el 22 de septiembre con el comienzo del otoño.


Queda poco más de hora y media para que empiece. Desde ahora, desde el momento que me pongo a escribir directamente aquí. Aunque para mí, extraoficialmente empezó el sábado pasado. ¿A qué se debe ese adelanto en  la percepción? Podéis pensar a que ya hace un calor de cojones desde hace unos días, aunque este año ha sido raro, raro respecto al clima. Pues sí, por eso y porque fue el primer día que me puse falda sin medias. Ya, ya sé que parece una chorrada. Pero este año y también el anterior y el otro, en invierno he llevado las faldas (ejem, para los que me conocen: juro que tengo más que la falda vaquera... tengo otra negra) con panties más bien tupidas y algunos días directamente con leotardos finitos (como me suena a infancia esta palabra) acompañados de unas botas comodísimas, las más cómodas que he tenido  nunca. 

Pero el sábado pasado ya y por fin hacía demasiado calor para todo ello, así que sí: falda, piernas desnudas y zapatos descubiertos. Y una sensación tremenda de salir a la calle en bragas. Lo juro. Me resulto extrañísimo. Salir de casa con esa ligereza, digo. Qué parecerá una chorrada, y lo será, pero me pasé el viaje en bus estirándome la falda porque tenía la sensación de que me sentaba con el culo desnudo en el asiento. Y más tarde, durante la cena de la noche, el fresquito y volvió a hacerlo se colaba tranquilamente donde no debería... en las piernas, muslos arriba, mal pensados. Que estuve sentada la mayor parte de la noche a una mesa larguísima al aire libre, si es que queda de eso: libertad, quiero decir, porque aire sí había. 

En la mesa mi familia al completo más familias políticas y amigos. Era la cena de Proclamación de mi sobrina como fallera mayor de su falla. Muy guapa ella vestida de rojo ¡Cómo se lleva el rojo este año para actos varios! Ya he visto esos trajes tan llamativos en diversas bodas (que no es que haya ido mucho de bodas, más bien nada, pero me he cruzado con alguna y he tomado nota). 

En fin ¿Qué podría contar de esa cena? Siempre que se reune la familia surgen mosqueos. Vale, no siempre pero casi. Esta vez también. Nada serio: una broma mal entendida y de pronto me encontré en plena infancia y dije: ¡Hala, pues ahora no ceno! Y coño, no cené. Los ataques de amor propio, tan... propios de mí en una época a veces vuelven a atacarme a traición. Pero ahora soy mucho más madura y consciente y seguí charlando como si nada, en este caso con mi cuñada, con el bocadillo sin desenvolver delante de mí hasta que levantaron las mesas. Eso sí, no renuncié a mi cafetito ni a la ración de tarta que había hecho mi hermana mayor (No, no es con la que discutí, es que somos muchas). Así que el cabreo fue controlado y dejé bien alto el pabellón de mi orgullo con el bocata sin comer.

Ea, que cuento mucha chorrada ya. Este post es para darle la bienvenida al verano, a los días largos, a luz, al calor, al mar quien tenga posibilidad, a las tertulias en terracitas con café o cerveza, a las vacaciones (este año, por fin, cogeré unos días: ha sido necesario conchabar a unos y a otros, pero tendré), a la pereza de sofá, a la nostalgia de otros veranos que seguro que guardamos todos en nuestros corazones, a la vida en la calle, a las noches cálidas, a las ensaladas y los helados... 

Hoy será el día más largo del año y es viernes: el que pueda que haga o si no, que se haga...

2 comentarios:

  1. Hay rituales que nos parecen atípicos, extraños, desconcertantes. Dar la bienvenida al verano, con ligereza de ropa me parece muy apropiado, y dedicarle una entrada en tu blog, doblemente.
    La nostalgia del verano puede ser la musa que nos inspire relatos y el acicate para disfrutar de este, del verano de 2013, pues quien sabe si nos deparará una de esas aventuras que con los años recordemos a su vez con nostalgia. Un saludo.

    ResponderEliminar
  2. Nunca he entendido el porqué de la ropa de temporada, si tengo frío me abrigo y si tengo calor me quito ropa; da igual en qué temporada me encuentre, otra cosa es la coquetería, la cual tiene un precio y cada cual decide pagarlo o no.
    Como siempre, bonito saludo a la entrada de una estación.
    Un beso May.
    Gaby

    ResponderEliminar