miércoles, 6 de junio de 2012

Gentes que pasan

Hay personas que me resultan cansinas. Hablando, quiero decir. Y eso queriendo siempre mantener la política de sonreír, escuchar y si puedo aliviar (¿Suena creído? No es mi intención, es solo un propósito). No tanto dando soluciones que generalmente no están en mi mano, como sugirendo caminos o rutas a tener en cuenta. Dos personas en concreto me cargan mucho. Una, la conozco desde hace tiempo, incluso he salido de cena y de marcha con ella, no a solas, no lo hubiera soportado, de hecho, dudo que ninguna de las dos lo hubiéramos hecho, salimos en la buenísima compañía de una amiga en común. Con la otra, me une, digamos una relación más laboral. Ambas son mujeres, ambas son separadas, ambas tienen un hijo. Visto así parece que no soporte a un grupo bastante amplio de la población femenina (de hecho, parece parte de una de esas estadísticas que molan tanto en las noticias), pero no, no es el caso.

Justo ayer vi a las dos. Mantuve una conversación más larga con la segunda y con la primera una breve charla-saludo-por compromiso. Soy sensible a las voces, me transmiten emociones, sensaciones, sentimientos. Y la voz de estas dos me cansa, me agobian. Cuando pienso que dicen esas voces entiendo mejor el problema. Las dos hacen de un problema un mundo, y del mundo, un problema. Una se arrepiente, después de doce años de divorcio y la otra está en tramites y palabras textuales: "Él me puede en todo". Se rebozan en la culpa y el miedo. No levantan la cabeza y miran el horizonte, no buscan opciones, ni quieren escuchar otra cosa distinta a sus pensamientos. Pensamientos que traducen a palabras, que repiten y repiten y repiten sin cambiar una coma ni un punto, sin avanzar ni un milímetro ni atreverse a reírse de si mismas.

Siendo cruel (me doy cuenta de que a veces puedo serlo) diré que no puedo con sus vocecitas extremadamente dulces, infantiles casi suplicantes. Sus suspiros, sus medias frases, sus "no puedo"... que me dan ganas de sacudirlas, de pedirles que levanten la voz, que la afirmen, que griten si es necesario, que abandonen esa actitud de derrota, Joder, que luchen. Que la vida es lo que tiene, que la felicidad no es obligatoria y que no, por mucho que se llore no vendrá mama a consolarte, ni te arropará cuando tengas frío. Que los príncipes azules están caducados y nosotras no somos princesas. Que afilen la espada, la propia, y luchen contra sus propios fantasmas, Coño! Que hagan algo más que sobrevivir.

Lo que sé, ahora bajando el tono, es que son contagiosas. Ayer después de hablar con ellas me sentí más cansada, más triste. Como diría mi amiga Mai (con i latina) son tóxicas. Se llevan la alegría y te dejan a cambio el pesar.

5 comentarios:

  1. Ejercicio de catarsis y de sincericidio de verdad. Como lean tu blog, tracatá. Ya me supongo que no lo leen...o es una sibilina forma de vendetta (juajuajuaaaaa).
    Frase para el recuerdo, sin duda: "Que los príncipes azules están caducados y nosotras no somos princesas."
    Sin comentarios. Que los habraaaaá, los habraaaaá.
    un saludo.

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  2. ¿Ha quedado de mala persona? Es posible que sí, pero a veces no me da la gana ser políticamente correcta. Hay personas cargantes y ya. No me la quiero dar de dura. Tú sabes que he tenido periodos muy malos y si he tenido que llorar a mis amigos o con ellos, lo he hecho. Pero después, también he reído. Y esto no va de eso. Va de no sé que victimismo que te hace irresponsable de tus actos. Y si he aprendido algo por las malas es que cada decisión tiene su consecuencia. Si la tomas tienes que aceptar lo que venga o volver a cambiarlo.
    Y no, no creo que me lean, pero si en algún momento lo hicieran... aceptaré lo que venga.
    Besito.

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  3. Lo peor es que este tipo de gente "sabe" quién, por la razón que sea, va a aguantar el tiempo que haga falta su perorata y para más "inri" cuando te decides a pedirles que se corten un poco, muevan el culo o sencillamente que para cambiar algo en la vida hay que empezar por darle forma con palabras... entonces, resulta que eres un "amargado", "mal amigo", etc...
    No hay como el autoconvencerse para tener el alma tranquila proyectando en los demás el origen de las desgracias ajenas.

    Un beso, que ya empieza a hacer calor para los abrazos.

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  4. Corrección: Donde dice... "... proyectando en los demás el origen de las desgracias ajenas.", debería decir... "No hay como el autoconvencerse para tener el alma tranquila proyectando en los demás el origen de las desgracias propias".

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  5. Es curioso pero algo así estaba comentando yo ayer con una amiga. Que leyó el texto y es mucho, no, muchísimo más sufridora que yo de una de las situaciones. Que saben con quien y hasta donde llegar. Me decía que uno de los fallos de estas personas es que no escuchan... yo la rectificaría aquí: No escuchan lo que no les interesa.Les molestan sobre todo las actitudes vitales que yo creo que es una envidia encubierta o un deseo de absorberla para si. Y como no pueden... prefieren destruirla si pueden (de ahí el amargado o mal amigo, que estoy de acuerdo total) o alejarse si no pueden.
    Besos

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