sábado, 25 de agosto de 2012

El Otro


Me pregunto si tú eres como yo, o no. Si te das cuenta cuando algo no funciona, cuando no es del todo correcto lo que piensas y lo que sientes y sabes protegerte y simular que eso no existe y llegar a creértelo.
Me pregunto si tú también piensas que estás mal y que lo tuyo no es normal. Es más, me pregunto si llegan a decírtelo, con toda la buena intención del que te quiere o la mala baba del que cree que le engañas.
Me pregunto si tú también te das cuenta de que no puede ser cierto lo que dicen, porque tú no lo sientes o si eres tú que no entiendes nada y porque todo está al revés de lo que tú interior te dice.
Me pregunto si tú te has dado cuenta de que todo es ilusión y que su poder solo reside en que te han repetido mil veces que no puedes cambiarlo.  Si te has dado cuenta que en realidad el muro no existe y su única solidez es creer en el.
Me pregunto si alguna vez has alargado la mano probando los ladrillos invisibles que ayudaste a otros a construir a tu alrededor. Me pregunto si te has sorprendido al darte cuenta que ceden y temeroso has guardado tu mano por miedo a perderla en ese vacío desconocido que está allá fuera.
Me pregunto si miras a los ojos de la gente y ves el miedo y la sonrisa falsa que lo cubre.
Me pregunto si estás allí y ya lo sabes. Que no hay blanco ni negro, ni buenos ni malos, ni amores ni odios. Si has descubierto que está en su mente, en su forma de mirar o no mirar. Me pregunto si cierras los ojos y sabes que también ellos están dentro de ti, luchando contigo, rompiéndote entre lo que ves y lo que sientes, lo que es normal y lo que sientes, lo que está ahí y lo que sientes.
Me pregunto cuanto puedo mostrarte, cuanto revelarte hasta que sientas horror de lo que ves.
Me pregunto cuanto miedo he de pasar hasta saber los límites que puedes absorber.
Me pregunto cuanto dolor he de asumir si desconozco las normas que han de regir mis sentimientos y como saber cuanto arriesgo si soy incapaz de aprenderlas.
Me pregunto si ya sabes de la prudencia de callar a tiempo. Me pregunto si ya sabes de la soledad de callar a tiempo.
Me pregunto si ya sabes quién eres o si has decidido quién vas a ser.
Me pregunto si te has dado cuenta que hemos nacido en mitad de una partida que no era nuestra, un juego en el que te asignaron tu papel antes de saber si querías jugar: eres mujer, eres hombre, eres rico, eres pobre, eres bello, no lo eres, has nacido aquí, has nacido allá pero vas a tener que sentir de acuerdo con tu personaje.
Me pregunto si ya te has dado cuenta de que ese personaje que te han asignado es solo un espejismo.  
Me pregunto si estás ahí… Me pregunto si me escuchas… Me pregunto si tú también lo sientes.

3 comentarios:

  1. Yo estoy aquí, pero no sé si ese tú, soy yo....
    Ahora en serio, me has sorprendido con este ¿poema? ¿Microreflexión?.
    Que todas tus preguntas tengas respuesta, amiga May.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  2. El otro, es el otro. Para mí ese/esa que no soy yo ¿No? Busquemos definiciones.
    No sé lo que es. Una reflexión o un intento de saber quién, qué y porqué falla lo general cuando se hace concreto. Lo que tenemos asumido como normal y que en nuestra propia experiencia ya no lo es tanto y que abarca cualquier aspecto de la vida. Ya lo hablamos.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  3. A mí me han enseñado que todo cambia cuando realmente uno se siente preparado para ello. Que es cuestión de tiempo conocerse, asumirse, y tomar cartas en el asunto. Hacer algo al respecto. Hasta ahora, era un autómata más, como lo somos muchos, por miedo.

    Besos.

    ResponderEliminar