viernes, 19 de octubre de 2012

San Viernes


Es viernes. San Viernes como dice una de esas imágenes compartidas que pululan por el facebook. Llevo unos días pensando en lo harta que estoy de que la crisis sea el telón de nuestras vidas. De iniciar cada día con la venta de la deuda (endeudándonos más en el proceso), con las subidas o bajadas de la bolsa y con la prima de riesgo. Llego incluso a parar en el curro para prestar atención a la puta prima. 

Estoy cansada de que todo gire alrededor de unas cifras. De que nos bombardeen con estadísticas, cifras del paro, subidas de impuestos y mentiras.

Me pone los pelos de punta pensar en aquellos que tienen el deber, sí, el deber de protegernos y que no hacen más que esquilmarnos de las formas más variadas, mientras se niegan a lavar los “trapos sucios” de su casta, en público, no vaya a ser que en algún otro momento necesiten que otros les echen una mano para ocultar los propios.

Me enfada que me hagan pagar una deuda que yo no he contraído. Mal que bien, voy pagando las propias como he hecho siempre.

Me molesta muchísimo que me digan que “hemos vivido” por encima de nuestras posibilidades: ¿Quiénes, Señores? Es más: ¿Alguien puede aclararme cuáles eran esas posibilidades? Me repatea que se haya convertido en un mantra y que la única explicación que me den es la de ese constructor/obrero con un chalet y un cochazo en la puerta, que ahora llora porque se lo van a quitar. O que la gente se permitía el lujo de irse de viaje. O que contraían hipotecas para cuarenta años o que la gente es tan capulla que quiere un piso propio.

Los pobres no deberíamos levantar la mirada del suelo. Nada, nada: un pisito de treinta metros cuadrados de alquiler, los libros de la biblioteca, usar el transporte público aunque casi es mejor que camines que es muy sano y si queremos ver mundo ya tenemos la televisión, que por cierto, nos ha bombardeado con programas como: Ricas y famosas, quien vive en esta casa y alguno más como destinos de lujo. Y claro, aceptar cualquier condición de trabajo, agradecidos y sumisos. ¿Qué es eso de querer derechos y dignidad? No, hombre, no. Haz lo que te piden, abre veinticuatro horas, se consciente de “la situación”, coge tu sobre a fin de mes y sé agradecido.

No protestes, no salgas a la calle, no grites tu desesperación, da mala imagen y la prima se pone histérica y se sube por las paredes, no te unas a los tuyos que la unión hace la fuerza y te prefieren aislado. No culpes a la clase política, pobres hacen lo que pueden, pilares de la democracia. No hables mal de los bancos (o mira, sí, hazlo, para lo que te va a servir) y ni pienses por asomo en los “mercados”. Ese atajo de apostadores ventajistas que juegan con tu vida.

Y si algún día no puedes más y te suicidas, pues nada, tampoco es para preocuparse, no saldrás en las noticias.


Vaya, no quería escribir nada de todo esto. Es viernes después de un par de semanas muy duras. Solo quería decir que estoy harta de vivir con miedo al futuro que cada vez es más presente, que me influya hasta en mi manera y mis ganas de escribir y de tener que luchar por alejar la maldita ansiedad que de vez en cuando siento golpeando mi pecho. Y que quiero dejarlo atrás. Quiero, quizá, vivir como los pajarillos del Nuevo Testamento. Alegrarme de cada día que llega y cada día pasado, con fe y esperanza.

Mis disculpas, feliz viernes.

6 comentarios:

  1. Acabo de almorzar merluza y he visto algo de jamón en el frigorífico que imagino será para la cena.
    Y mañana dios dirá.
    No hagamos planes.
    Como los animales. Que nos diferenciamos de ellos por nuestra capacidad de preveer el futuro.
    Como castigo por haber vivido por encima de nuestras posibilidades, ahora no podemos preveer nada.
    Como los animales.
    Incluso puede que un día -los instintos-, le peguemos un muerdo a algún banquero. O, mejor aún, a un político....

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    1. Preveer también es soñar. ¿Renunciaremos a los sueños?

      Un muerdo o un picotazo, al leerte esto de los instintos he recordado cierta película famosa con "pajaritos". No estaría mal para variar.

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  2. Grcias por poner en negro sobre blanco lo que me gustaría haber escrito en mi blog -y cascar a todo dios, si se me permite- pero no he hecho porque es liteario y apolítico. Gracias por recordarnos que los que escribimos hacemos eso, escribir y con un poco de suerte nuestras obras esatarán aquí cuando nosotros ya estemos eternamente felices...y los que nos amargan la existencia estén eternamente silenciados. Felicísimo viernes, todos los viernes venideros.

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  3. Pues escríbelo aquí, cari. Te dejo todo el espacio que necesites. El escritor siempre expone queriéndolo o no, el mundo en el que vive. No puede remediarlo: es hijo de su tiempo, así que no puede hacer otra cosa.
    Como te diría una tarde cualquiera: es lo que hay. Un besito.

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  4. Ay, May!!! Lo que muchos piensan, tantos callan, y algunos luchan... ¿pero yo me pregunto? y los que pese a ser empresarios habiendo trabajado en primera línea más horas que muchos otros,que seguimos haciéndolo, que antes cobraban los demás que nosotros... que ni vacaciones tenemos por mantener la empresa a flote por orgullo, por necesidad, porque dependen x familias de nosotros. Ni trabajadores ni jefes, gente buena y mala... y al final, la gente buena que se mantenía en una línea adecuada pagando todo... sigue pagando - mientras pueda- a la mala gente que disipó lo que no tenía y ahora tiene menos. Realmente lo siento por aquellos, buena gente, que lucharon y cayeron con la mala gente... para colmo, sin haber disfrutado de unas miseras vacaciones en su hogar.
    ¿Viernes? ¿Santo Viernes?... Santo Cualquier día, mientras podamos respirar, y disfrutar de nosotros mismos y de aquienes queremos.
    (Un buen grito a tiempo y contar hasta 10... mano de santo)
    Por cierto, un último pensamiento.
    "Divide y vencerás" decía Julio César, y eso consiguen haciendo que policia y manisfestantes se enfrenten, alumnos y maestros, transportistas y... , ..... y ......

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  5. Cuando se generaliza siempre se cae en el error de doler a quiénes no lo merecen. Entre los pequeños y medianos empresarios, los hay y muchos que hacen un esfuerzo titánico por sobrevivir a estos tiempos.
    Tu reflexión, siempre bienvenida, me ha hecho pensar en casos concretos que conozco. Gente con pequeñas empresas que les ha costado una enfermedad despedir a parte de la plantilla y que han estado a puntito de cerrar la persiana. Y también pequeños cabrones sádicos, que lo serían en cualquier lugar y circunstancia que se lo permitiera diciéndole a un empleado: ¡Cuidadito, que pego una patada en el suelo y tengo a más de mil para ocupar tu puesto!

    Algunos post son mi particular manera de gritar y contar hasta diez.
    Hace mucho que juegan con la carta del aislamiento y el miedo, hace mucho que se intenta que prime el sálvese quien pueda. Creo que una de las sorpresas de esta crisis ha sido comprobar como el tejido familiar ha actuado como un colchón solidario.
    Un beso y una alegría verte por aquí.

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