"Cualquier parecido con la realidad, ya se sabe, será pura coincidencia..."
—Joder, que mente la mía. ¡Calla ya! Aún
recuerdo aquél personaje que trataba de convencerme de que la clave de todo
estaba en no pensar. Tendrá razón el idiota ese. Lo de verdad preocupante es
este diálogo que mantengo con mis pensamientos. Me pregunto, me contesto, hago
hipótesis y me las rebato. Joder conmigo.
“Sí, sí, mira la pared e imagíname
estrellada contre ella, pero te advierto que yo soy tus sesos y que por muy
bonitos que quedaran adornando esa pared se acabaría todo, no solo pensar.”
—¿Y qué coño importa? Una vez se acabe…
“Ah, claro. Una vez se acabe ni sentirás
ni padecerás, eso te crees tú.”
—Venga ya, que mierda de mente que eres.
¿A estas alturas vas a empezar con lo de la vida sobrenatural?
“Bueno, es una posibilidad y los suicidas
no parecen ser bien recibidos allá.”
—¿Allá? ¿Qué allá? ¿Dónde allá? A este
paso será en el loquero.
“Ya sé que no existen…”
— Mira, bonita. Que si yo soy tú, tú como
comprenderás eres parte de mí. Sabemos lo mismo.
“Eso no es cierto, yo sé más. Yo sé,
además, todo aquello que tú no quieres saber.”
—Claro, por eso te pasas la vida incordiándome.
Pues mira, sería más feliz sin saber que tú sabes tanto.
“¿Feliz? Eso no te lo crees ni tú. No
serías feliz ni aunque la felicidad te agarrará de esos huevos que no tienes y
te sacudiera.”
—Eso no te lo puedo negar. Empiezas a
divertirme, sesos, que ya es novedad.
“¿Te das cuenta de que estás loca?”
—Nos remitimos a lo que te decía antes: en
un manicomio acabaremos las dos. O solo acabaremos. No estaría mal, mente.
Descansaríamos una de la otra.
“Bueno, bueno, tranquila que si sigues
por ese camino me arrastrarás también a mí y no es plan. ¿No tienes que
preparar la cena? Venga que te ayudo, hagámosla espectacular.”
—Ya te ha entrado el cague. Sí, pensemos
solo en que les vamos a dar de cenar.
“Eso, vamos a centrarnos ¿Qué hay? Venga
cuerpo visita a la cocina y a la nevera…
(Haré que se olvide un rato de mí, está
cualquier día me estampa contra la pared o peor, he visto como mira el armario
de las medicinas).”
Echaba de menos ése toque de humor, me ha encantado y por mucho que lo neguemos,de tanto en tanto nos sorprendemos dialogando con nosotros mismos y NO, no es síntoma de enfermedad mental; para mi se trata de un acto de consciencia, de la lucha entre la parte animal y la cerebral.
ResponderEliminarUna vez más... me ha encantado.
Un beso.
Lo mío es continuo, ahora que como es de toda la vida ya no me preocupa.
EliminarLa lucha entre la parte animal y cerebral es muy Herman Hesse y su lobo estepario. Creo que es una forma de aclararme, casi es peor cuando esa voz se silencia.
Me encanta que te encante.
Otro para ti.
No sé si decir que me recuerda a algún otro monólogo de talla, rozando esa perversión shakespeariana. Creo que sí, que me recuerda a tus textos más punzantes, felicitándote por la puesta en escena, el planteamiento... ¿estás siguiendo algún taller literario?
ResponderEliminarIronía, ya sabes, esa tristeza que al no poder llorar, ríe.
Felicidades por esta caja china literaria.
Saludo.
Yo es que soy perversa, ya lo sabes. Vale, solo un poco perversa. Sí, estoy en un taller los jueves... te interesa? Esa es ironía de la fina.
ResponderEliminarUn beso con sabor a cervecita.