martes, 22 de septiembre de 2009

Diálogo inacabable.

Ella dijo: He querido a quien no existe y he dejado de amar al que es. Me he preguntado el porqué de este amor y desamor. No he hallado la respuesta. Pequeñas justificaciones mezquinas han llenado mi mente.
Él dijo: Siempre estuve allí para que me vieras. Te di las claves suficientes para que entendieras que yo no era ese que tú amabas.
Ella dijo: Es cierto, pero yo no las quise ver. Preferí cuando nos engañabas a los dos. Hasta que ya no fue suficiente.
Él dijo: Elegiste, por tanto. Huiste.
Ella dijo: No, fue mi instinto quien eligió huir.
Él dijo: ¿Y tu instinto te hace feliz?
Ella dijo: No. Me hace entera.

4 comentarios:

  1. Jo May, "he querido a quien no existe y he dejado de amar al que es". Recordando aquel texto en el que criticabas la frivolidad con la que muchas/os intentan encontrar pareja en supeficiales fiestas nocturnas no puedo evitar pensar que muchas de esas personas divorciadas, separadas, tienen como origen de su fracaso el contenido de tu frase inicial. Aunque también llego a pensar que partiendo de la idea de que la personalidad está en constante evolución es complicado amar eternamente, qué digo eternamente, a cinco años vista la relación queda minada.¿Instinto o intuición?.

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  2. Creo, Javi, que somos muy capaces de inventarnos personajes en las personas que tenemos en frente. Proyectar nuestros propios anhelos, deseos, sensaciones y creernos firmemente que "son" del otro, cuando este otro es probable que nunca haya sentido, anhelado o deseado lo que nosotros pensamos. El error es nuestro, por tanto. No "vemos" en la mayoría de los casos al otro como es. Entre eso y que cuando alguien nos atrae por el motivo que sea siempre tendemos a mentir un poco a él y a ti mismo pues... es bastante complicado que cuando la venda cae el que tienes delante sea la persona que creías.

    De todas formas, con el tiempo no estoy segura de muchas cosas, excepto que todas las elecciones son nuestras y recaen sobre nosotros. No sirve de nada y además no es real pensar que el otro hizo, dijo o prometió que... Así que solo nos queda decidir y vivir con nuestras decisiones.
    En cuanto a que cambiamos, pues sí, estoy totalmente de acuerdo, evolucionamos y sin embargo siempre hay un nucleo que persiste en nosotros, algo a lo que siempre volvemos, que siempre está ahí, a veces a pesar de nosotros mismos.
    A mí me gustaría creer que el amor "eterno" existe, que la evolución entre dos puede ser armoniosa y avanzar a un ritmo no igual pero si parejo, que una vez la venda del enamoramiento cae, puedes encontrar a esa persona y amarla de verdad. Pero ya te digo que me gustaría creerlo...
    Gracias por leerme, Javi y tomarte el tiempo necesario para reflexionar conmigo.

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  3. Intimista. Sincero. Profundo.

    El texto es lo dicho pero lo es más el comentario que has colocado en él, pues es donde sangras la idea a flor de piel, es donde realmente te desnudas para mostrarnos el alma desesperanzada en cuanto a las promesas y a las eternidades del amor. Si bien es cierto que se proyectan sueños y anhelos en otras personas, uno no cree en eternidades cuando se ve en el espejo. Eso es falso. Uno sabe cuando se miente, cuando se oculta cosas, cuando se deshechan códigos, cuando se está engañando a descaro, uno lo sabe, que no lo aceptemos, es otro cantar. En síntesis, si sabes, si te engañas, si te lo ocultas, el que te embarques en una relación creyendo en sus promesas de eternidades vanas, es un problema propio, no del amor. No olvidemos que amor no es solo una palabra de dos vocales y dos consonantes, el amor tampoco es lo sobredimensionado que lo pintan, no es primavera toda la vida y verano después, tiene sus altibajos, sus estallidos de furia, pero sigue siendo amor. Lo otro, lo que uno se inventa, no se llama amor.

    Existe el amor verdadero, la eternidad es solo de los dioses, y ni eso.

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  4. Sé que existe, amigo mío. Puedo verlo aún en la distancia. Pero no todo el mundo es tan valiente o tan osado o tan entregado o... para permitir "mostrarse" al otro en lo bueno y en lo menos bueno, en las debilidades y las fortalezas. Se ha de pasar mucho, se ha de luchar mucho y aún así hacerlo por esa otra persona que amamos y no por la idea misma del amor. Creo que tú, ahora, entenderías la idea de un microrelato que escribí hace bastante tiempo, debo decir que en su momento poca gente llegó al nuclo del relato.
    Eres afortunado y yo sé que la rutina diaria a veces ha de agotarte. Lo sé. Pero no eres solo afortunado por haberla encontrado a ella. Lo eres por ser como eres, por haber pasado por la criba de la vida y haber elegido seguir vivo, amar, desarrollarte como ser humano, como persona, como artista.
    Este pequeño texto trata también de eso. De las elecciones que cada cual hace y de asumirlas como propias, reconocerlas nuestras equivocadas o no. Y seguir viviendo, a pesar de ellas o por ellas.
    También habla de evolución. No te sorprenderá si te digo que he estado mucho tiempo dividida entre lo que era y lo que querría ser. Peor aún entre lo que no era y lo que realmente no podría llegar a ser nunca. Entre la imagen que los que me rodean tenían de mí, lo que yo pensaba que debía sentir, y lo que sentía. Dividida, siempre.
    Hoy por hoy, las decisiones que empezaron por ser una necesidad intuitiva, se han convertido en conscientes. He perdido algunas cosas en el camino pero he empezado a encontrarme a mí misma, a aceptarme con mis múltiples capas, a ser "entera". Aunque siga echando de menos algunos sueños.
    Amigo mío: ¿Qué será lo que nos impulsa a hablar con tanta sinceridad entre nosotros?
    Un abrazo.

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