domingo, 1 de agosto de 2010

Díficile ponerle título a un vómito.

He dormido poco. Unas horas en la inconsciencia bendita sin sueños. Oscura y calma. Me he despertado temprano. No tanto como lo hacía. El cansancio, el puto cansancio que siempre llevo encima, las ausencias, las traiciones, las vejaciones, las acusaciones, las torpezas, el dolor, las mentiras, el desprecio hacen mella enestas cosas fragáiles del sueño.
Estoy aquí y escribo porque sí, porque lo necesito, porque me hace falta. Porque siento tanto que no puedo contenerlo dentro de mi piel y tiene que salir y explotar como un grano infectado y su reguero de pus y sangre.
Porque soy a mi pesar y pesar de quien sea, yo. Real. Dolorida, imperfecta, culpable de querer creer.
Desconcertante y confusa ante mi misma.

Con todo esto, esta mañana me ha dado por pensar en las redes, los círculos, los amarres. Esos que existen en mi vida y que no agradezco lo suficiente. Mis amigos, mi familia. La gente a la que le importo. Que comprende y espera, que me tiende una mano, que me escucha. La gente que se limita a decir ante mis rarezas: son cosas de May y siguen ahí. Soy afortunada porque están.

Hoy es un día extraño, importante, difícil. Muchísimo más difícil de lo que yo habría podido imaginar. Pero si algo he aprendido (a costa de golpes, lo reconozco) es que pasará. No seré feliz, conozco bien la diferencia (eso también lo agradezco, cada momento de felicidad es un pequeño milagro que no nos sorprende lo suficiente) pero sobreviviré. Y dentro de algún tiempo, en algún momento en el futuro encontraré cierta calma.
Ahora estoy girando sin orden sin concierto, violentamente en el cono de un huracán. Zarandeada, perdiendo partes de mí en el proceso.

2 comentarios:

  1. No sé si resulte válido para este momento en que las palabras son parte de eso que perdemos, y se nos cuela a través del asco y del dolor, sin poder distinguir uno de otro. Pero creo que lo que se pierde es aquello que, precisamente, hay que perder. Dolorosa crónica de un día que, al mismo tiempo, es inicio de un ciclo, un nuevo mes. Un día difícil: si miras hacia atrás (sólo para confirmarlo) hallarás muchos de esos. Y estás aquí. Ojalá me cuentes entre los que saben que hay cosas tan tuyas que se convierten en cosa de uno por estar cerca. No obstante, fíjate que ese día ya ha pasado. Y hoy es otro. TAmbién ojalá menos doloroso. Y si es más, que sea en camino de que, en el giro sin orden ni concierto, el huracán sea sólo un cuello de botella, por el que cuesta pasar, pero que al mismo tiempo nos permite ver que hay un espacio más pleno y ese.... está esperándonos. Un abrazo, May. Adri

    ResponderEliminar
  2. Un abrazo, Adri. Sí te cuento y siento haber tardado en responder a este cálido y muy nuestro abrazo. Los días continúan. No sé si más fáciles. Siento como si estuviera recuperándome lentamente de una enfermedad que deja el cuerpo y el alma sin fuerzas.
    Tengo pensado el sitio para la próxima cervecita. Y tengo ya muchas ganas de tomarla contigo entre charlas y risas y si se da alguna lagrimita. Un beso Adri.
    U

    ResponderEliminar