domingo, 15 de agosto de 2010

Experimento

La cuatro ya de la madrugada. Hoy no acabo de despertarme como era mi costumbre, mi disciplina. Es algo más normal para muchos (o tal vez no) aún no me he acostado. He llegado hacia las tres y Lucía, la niña me riñe.
El día ha sido extremádamente largo.No me quejo, me apetece escribir. Decir que vi esta semana el mar gris, le faltaba esa chispa de azul que lo hubiera convertido en la imagen de mi color favorito. Una vez tuve una pequeña maceta de ese color, que yo misma pinté. No recuerdo que se hizo de ella, supongo que se rompió, como tantas otras cosas, como los sueños y los deseos.
Hablaba del mar, perdonarme la dispersión. Estaba salvaje: gris,con el toque amarronado de la arena mojada y sucia. La espuma golpeando, salpicando, gritando contra la orilla. ¿Reflejo de mi misma o del cielo que repetía el tono del mar? Pequeñas gotas de lluvia en mi brazo, en mi pecho. Escuchando a medias una conversación entre los susurros de mi mente. No, no creo estar volviéndome loca (algunos dirán que ya tengo mi punto)ni los susurros me ordenaban hacer cosas extrañas y malévolas o eso creo. Circulaban tan libres por mi mente que no llegaba a alcanzarlos. Puede que ya estén cansados de ser desmenuzados por mí. Hacen bien, yo también me canso de ellos.

Hoy escribo en plan experimento: bajo los influjos de dos cervezas con la cena en el Wok (con Anita, siempre incondicional) y el whisky del Caribian.

No cuento todo lo que pasa por mi cabeza. No ha sido tanto el alcohol como para eso. Aún retengo entre mis dedos, entre mis dientes, entre mis labios aquello que gritaría. Lo guardo, lo defiendo de miradas ajenas y si se convierte en misterio sin resolver, en novela sin final, en cuento sin desenlace pues que así sea. Y si alguien piensa que me hago la interesante... está en su derecho de tirarme tomates desde la primera línea de butacas.

La noche ha sido relajada. Charlas tranquilas al amparo de una buena cena. Mojitos con tinte sicalíptico, olor a hierbabuena, azucar en exceso, hielo picado con las manos, lima, alcohol, agua de vichy y un sospechoso líquido rojo en botella pequeña. Sentadas en la barra, sosteniéndola con los codos, sentadas en taburetes, observando el ir y venir de la gente, de la camiseta roja con letras de moda, de las chicas de ojos brillantes, labios húmedos, ropa blanca que sonríen al argentino que detrás de la barra, Mojitea.
El negro de la broma sicalíptica sobre la barra, acerca el taburete a los nuestros. Intuye que en nuestras risas se encuentra él, aunque gracias a los dioses de la música bien alta, no pueda concretar en qué. El whisky (JB) en mi mano, en mis labios, en mi garganta, desciende poco a poco, se escapa del vaso para llenarme. Recuerdos de otra barra, un vaso tirado chispean en mi mente y me lanzó a los brazos del doble sentido, del juego inocente y vuelvo mi mirada a las pantallas, donde un Mikel Jackson más vivo que nunca baila y canta, aunque no sea su música la que hace moverse a la gente en la pista. Debajo de ellas, me hacen notar, bolas navideñas, cadenas alegres del pasado, olvidadas o tal vez tristes despojos abandonados a su suerte.
No hablamos con nadie, excepto el de seguridad, el camarero y ese que me roba el cenicero para limpiarlo, tampoco nos hace falta. Seguimos en medio de la sicalipsis.
Vuelta a casa, transporte público, recuerdos compartidos, elecciones que ya no se pueden cambiar y que han determinado el curso de nuestras vidas. Para finalizar: la Metamorfosis, inspiradas en los encuentros con cucarachas rubias, enormes corriendo por la cera.

Los pensamientos se cruzan, corren, se aceleran. Los recuerdos saltan, las ideas explotan. Sentimientos, emociones, pasiones, pulsaciones siempre a flor de piel. No, nunca seré tibia. Hasta quieta y en silencio me recorren los sueños. Extraña y cansadamente vivos.

6 comentarios:

  1. Hola May siempre que te he leido, veo un trasfondo de soledad que me espanta. Como siempre tu bolígrafo sabe expresar estupendamente cada soledad, cada minuto en que te juzgas, cada instante en que compartes.
    Un abrazo

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  2. Un abrazo, Carmela. Ya se dice que los experimentos, con gaseosa.

    Pienso que estoy en una época de mi vida en que siento la soledad como compañera de viaje, de cualquier viaje. No es algo negativo en si. Es una toma de conciencia.

    Me alegra de leerte. Un abrazo para ti también. ¿Cómo va todo? A ver si quedamos un día de estos.

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  3. Perdonadme es CON D, caribbean se escribe así,Michael es así no mikel,ah..y la mas tocha, cera es ACERA COÑO!.
    que decepción....supongo que será la priva. Cuidate.

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  4. Tienes toda la razón, será la priva o será cualquier otra cosa: no dormir o la tensión.
    Siento mucho decepcionarte. Pero me alegro de leerte. No sé si el nombre del local se escribe así o no, pero lo doy como válido ya que tú lo dices y estoy segura de que lo sabes bien. Lo demás, lo dejo tal cual para que tu comentario siga teniendo sentido, pero tomo nota de todo y te agradezco las correcciones. Suelo ser aplicada en eso.
    Está claro que lo mío no es beber y que en todo caso si he de hacer experimentos que sean con gaseosa o incluso mejor seguir con el café y el té.

    Cuídate tú también, por favor.

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  5. Y pq iba mi comentario a perder el sentido?, todo está correctamente expresado. The caribbean sea, El Mar Caribe, sale en cualquier mapa inglés o Yankee y además en una peli que te recomiendo que veas, To Have and have not, lo lamento pero no recuerdo el título que le pusieron en EX PAÑA. Es de humphrey bogart y Lauren Bacall que por cierto se llamaba Betty Joe. Es obvio que lo tuyo no es beber,dejemos que el tiempo lo diluya todo.

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  6. No, no quiero decir que no esté bien y que no esté así en cualquier mapa inglés o Yankee. Sólo que no sé si quienes pusieron el nombre al garito lo hicieron de acuerdo a como aparece en los mapas.
    Pero vamos, después de una consulta, sí es así. Sigues teniendo razón.
    El sentido se perdería si efectuara las correcciones. Todo está perfectamente expresado.
    Gracias por la recomendación de la película. Si el tiempo no hubiera pasado probablemente te diría que tengo un vago recuerdo de ella.
    No, no es beber. O por lo menos, no beber y escribir.

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