domingo, 1 de marzo de 2009

Ejercicio 15º: Creación de personajes

Melissa: La clave de este personaje en la historia es que desea la respetabilidad. A pesar de ser prostituta, en el fondo, sigue siendo una buena chica criada en el pueblo con un padre muy estricto y una madre devota. Una fe sencilla en algo en un dios que perdonará sus pecados y la nostalgia por una vida que recuerda más sencilla e inocente, así como el recuerdo del amor claro de su madre le hacen conservar algo tan llamativo en su profesión como la medalla de la virgen. Siente un amor intenso hacia su hijo al que mantiene alejado de su entorno, ella piensa que para protegerlo, pero la motivación última es la vergüenza.

El nombre: Melissa Salazar. Su nombre real: Teresa Fuentes Castro
Un resumen de una frase que cuente la historia del personaje: Es prostituta, hace poco que se ha casado con un hombre, al que empieza a conocer y tiene un hijo del que aún no le ha hablado.
La motivación o motivaciones del personaje, es decir ¿qué desea? ¿Qué le mueve? Desea una vida respetable, salir de la prostitución. Desea un hogar común, salir de la invisibilidad social de la prostitución, vivir con su hijo sin avergonzarse. Desea retornar a un punto de su historia que añora, en cierta forma volver a la inocencia.
El objetivo del personaje, es decir lo que desea en concreto. Hace poco que se ha casado. Quiere que ese hombre la saque de la prostitución, como le ha prometido. Va a intentar que acepte a su hijo, del que aún no le ha hablado.
Los conflictos del personaje. O lo que es lo mismo, qué le va a prevenir de conseguir el objetivo anterior. El mismo que le ha dado esperanzas de conseguirlo: el hombre con el que se ha casado, que de momento no solo no la ha sacado de la prostitución, sino que vive de ella.
La epifanía del personaje, qué es lo que va a aprender o cómo va a cambiar a lo largo de la historia. Va a perder toda esperanza, que no hay vuelta atrás, no puede recuperar la inocencia.
Un resumen de un párrafo con la historia del personaje:
Melissa Salazar se llama a si misma Teresita, el nombre con que la bautizó su madre. La única que recuerda que le ha querido sin más. Es una mujer alta y rotunda, conserva el pelo largo, teñido de negro rabioso por eso del oficio y porque así le gusta a su marido, dueño de sus actos desde que se casó hace tres meses. La cara, que apenas mira en el espejo porque no le gusta lo que ve, es delgada con profundas ojeras bajo los ojos castaños, parpados mal pintados. La nariz algo ganchuda sin ser excesiva, pómulos altos marcados por dos brochazos nerviosos de colorete. Hoy está cansada y no ha comido porque tiene el estómago hecho un nudo. Se ha vestido indecisa, toda de negro, con las prendas menos vistosas que posee. La blusa sin mangas, deja ver la medalla de la virgen niña colgada al cuello, recuerdo de su primera comunión. Su madre le enseñó a rezarle y la acaricia una y otra vez mientras piensa en su marido, que llegará pronto. Necesita saber si sabe algo de ese trabajo del que siempre habla, ese que permitirá que ella deje la prostitución, pero que nunca llega. Tiene que hablarle de su hijo. Quiere traerlo a la mísera casa, pero casa al fin y al cabo, que por fin puede llamar suya. Las entrañas se le aflojan, su marido tiene la mano larga…

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